El ideario de un creador

La Nación – Suplemento Cultura del 03/07/02

ASTOR PIAZZOLLA. SU VIDA Y SU MUSICA
Por M. S. Azzi y S. Collier-(El Ateneo)-526 páginas-($ 29)

REPRO DE FOTO PAPEL DE ASTOR PIAZZOLA 25/2/99
Astor Piazzolla

Fruto del trabajo conjunto de una antropóloga argentina y un historiador norteamericano, esta biografía rescata, con minucioso detallismo, la historia apasionante de la vida de Astor Piazzolla, desde su nacimiento en Mar del Plata, el 11 de marzo de 1921, hasta su muerte “tras soportar una agonía de veintitrés meses terribles”, el 4 de julio, a las 11.15 de la noche, en el Sanatorio de la Santísima Trinidad, de Buenos Aires.

El libro recorre la vida de un hombre y un compositor de avasallante aliento físico y espiritual que dejó este mundo precisamente cuando su nombre -tras sembrar los nuevos, espléndidos sonidos de Buenos Aires e instalar polémicas a granel- se volvía insoslayable, y a veces indispensable, en el mundo de la música universal.

Luego del exquisito y poético libro Astor, de su hija Diana, y del más reciente Piazzolla, loco, loco, loco, un reflexivo y a la vez desopilante ejemplar de Oscar López Ruiz, ex guitarrista de uno de sus quintetos, este acercamiento al ser humano y al artista reúne elementos dispersos en toda clase de publicaciones y testimonios.

A manera de prólogo, los autores reproducen un reportaje realizado en 1999 en el que el gran chelista Yo-Yo Ma habla de la música de Piazzolla. Tras un breve prefacio, el libro da cuenta de las innumerables fuentes a las que ha acudido para testimoniar los hechos que narra, el ideario de un creador y las opiniones más insospechadas sobre el genio marplatense.

Azzi y Collier, quien pese a ser norteamericano es miembro de las porteñas academias del Tango y del Lunfardo, desglosan una serie de entrevistas (algunas ya publicadas) con parientes, allegados y, sobre todo, músicos vinculados de algún modo a la vida y a la obra de Piazzolla, y diversas opiniones, recuerdos y anécdotas recogidas, a modo de colaboración, entre personas residentes en la Argentina, Uruguay, Francia, Italia, Inglaterra o los Estados Unidos.

La biografía da cuenta de la infancia del creador de “Adiós Nonino” en el Lower East Side de Manhattan, cuyo entorno perfiló no sólo la definitiva personalidad de Astor sino que inspiró su amor por aquella Nueva York de su infancia (el otro amor sería París). A partir de allí el libro se divide en tres partes que ocupan quince capítulos: “La lucha”, “El hombre y el músico” y “La fama”.

En lugar de apoyarse en el impacto sensacionalista de relatos sobre los amores y las contradicciones de este músico impar, los autores prefirieron ahondar en el costado más profundo de la vida personal y musical de su biografiado. Atrapa, sobre todo, esta unidad dialéctica del hombre y el músico. Una de las mayores riquezas del libro es haber logrado desentrañar con bastante minuciosidad -gracias al aporte de prestigiosos músicos- el estilo piazzollano, aunque no se hable específicamente de la impronta técnica de sus típicas acentuaciones rítmicas: el 3-3-2, bastante cuestionadas por algunos compositores de renombre y alcurnia.

Es mérito de los autores también la frontalidad con que se va perfilando el personaje. Para esto se han descartado eufemismos, medias tintas y elipsis (se incluyen varias palabrotas), tal vez el único modo de acercarse a un artista tan dotado de espiritualidad e inventiva musical como de una conflictiva personalidad. De allí la escrupulosa narración sobre las relaciones con sus respectivas esposas y sus amoríos; las variadas peleas estéticas, verbales y de a puño.

Casi nada ha quedado en el camino hacia el certero centro que es Astor Piazzolla. La música aparece de manera omnipresente en el repaso de grupos antológicos: los quintetos, los octetos, el sexteto, el noneto; sus incursiones por la balada urbana junto a Horacio Ferrer, sus diatribas contra el rock, sus devaneos sobre la música clásica. En muchos tramos la narración se vuelve conmovedora. Sobre todo cuando Astor atisba, hacia el final de los ochenta, el triunfo de su música en el mundo.

El libro, que contiene un anexo con el detalle de los discos compactos, en especial las grabaciones realizadas por el propio Piazzolla, se lee sin dificultades porque no acusa pretensiones de erudición musicológica ni tampoco de tentaciones pseudopoéticas. Felizmente, los autores han recurrido a una prosa sencilla y clara.

René Vargas Vera