María Susana Azzi ha nacido en Buenos Aires, un 12 de octubre, nuestro Día de la Raza por entonces en Argentina. Con varias carreras universitarias en su formación, es además una escritora cuyos libros nunca dejan indiferente a nadie. Tras completar el Master en Economía y Administración de Empresas, obtuvo la licenciatura en Ciencias Antropológicas en la UBA – Universidad de Buenos Aires. Aunque vamos a centrarnos en su libro “Pioneros de la industria argentina” (2008 – Editorial El Ateneo) escrito en colaboración con Ricardo de Titto, gran parte de sus títulos giran en torno al tango como fenómeno social, desde una visión antropológica. De ellos nos ocuparemos en Argentina Tango.
Este libro, “Pioneros de la industria argentina”, nos interesa de forma particular, porque consideramos que hay héroes en Argentina que pocas veces serán nombres de plazas, calles, pueblos… su campo de batalla o su escaño fueron el trabajo puro y duro, la creación e empresas, el desarrollo de sus labores profesionales. Esto nos comenta la autora:
“Los protagonistas en este libro, que se destacaron, justamente, como personas adelantadas a su tiempo –emprendedores genuinos, en términos actuales–, no siempre se anticiparon a estos conceptos. Algunos de ellos, por el contrario, tal vez obligados porque remaron contra la corriente o se vieron sujetos a ambientes muy adversos, salieron adelante gracias al empeño personal, los esfuerzos denodados y el sacrificio propio y del núcleo más cercano, imprimiendo a sus gestiones rasgos autoritarios y personalistas.
La mayoría de nuestros pioneros vivieron en otra época, en otro mundo, con otros valores culturales donde los únicos equipos, la única retaguardia confiable, era la familia… porque se trabajaba para ella, para los hijos, para el futuro; el sueño incluía a una descendencia por venir, a un apellido que enaltecer.
De modo un poco más extenso, se contaba también con la solidaridad y el compromiso de los “paisanos”, aquellos que provenían de una misma región y constituían un segundo círculo de lealtades fundamentalmente porque compartían visiones del mundo propias de su terruño, una lengua, un dialecto, tal vez una religión, danzas y canciones, atuendos y formas de vestir y un pasado en común con sus héroes y batallas legendarias; también la historia reciente de desarraigo que generaba las imprescindibles “mutuales”, los hospitales, clubes, colonias, escuelas y sociedades. En la figura de los pioneros –sobre todo aquellos que llegaron a la Argentina en el siglo XIX– se puede personificar, indudablemente, la introducción de la modernidad en el país.
La mayoría de los inmigrantes de clase media urbana y rural, aquellos que no formaban parte estructural de la clase obrera de sus países de origen, imbuidos del espíritu empresario y de progreso social que dominó Europa en la segunda mitad del siglo XIX, se animaron a “romper el molde” e iniciaron proyectos fabriles o comerciales de cierta magnitud.
Muy pocos eran adelantados a su época. Se iniciaron con pequeños emprendimientos que crecieron con el tiempo; hacia finales del siglo una buena parte de pioneros y decididos personajes amasó grandes fortunas animándose a diversificar y multiplicar el capital agropecuario, lanzándose a nuevas empresas de transformación; entrado ya el siglo XX, algunos abrieron el camino de un capitalismo industrial que tuvo proyección internacional.
Ninguno de ellos, seguro, escaló esas posiciones y enfrentó las adversidades por mera casualidad. Dálmatas, vascos, hamburgueses, genoveses, belgas, milaneses, rusos y asturianos; del Báltico, del Cantábrico y del Mediterráneo; cristianos, judíos e, incluso, musulmanes, hombres cultos unos y casi analfabetos otros: si hay algo evidente en las historias que nutren este trabajo es el tesón (y la inteligencia en el tesón) –y hasta la tozudez y rudeza, si se nos aceptan estos términos algo violentos– de estos pioneros.
Fueron hombres todos que “bajaron de los barcos” en Buenos Aires o Montevideo, y se animaron a poner en marcha proyectos diversos –algunos, realmente osados– en la llanura bonaerense como al pie de la cordillera mendocina, en Punta Arenas y el Estrecho de Magallanes o instalando una colonia de La Pampa, en el Litoral, Córdoba, Santa Cruz, Tucumán o el Chaco; como también en Uruguay, Chile, Paraguay, Brasil, Perú, Ecuador, México, Italia, o abriendo oficinas en Londres, Tokio o Nueva York o emprendiendo obras o comerciando en Canadá, Venezuela, Nigeria, China, la India o Qatar… `Pioneros de la industria argentina´ es un libro que intenta dar cuenta de ese proceso y de esos personajes.