A veces decía que había tenido tres grandes maestros: Alberto Ginastera, Nadia Boulanger… y Buenos Aires. Agrego un cuarto maestro, Nonino, su padre, al regalarle su primer bandoneón, le dio un mandato cultural y musical: “sé argentino”.
Astor Piazzolla (Mar del Plata, 11 de marzo de 1921 – Buenos Aires, 4 de julio de 1992) era, por su nacionalidad, argentino. Sus cuatro abuelos fueron inmigrantes italianos, cuatro de los millones de italianos que se trasladaron a la Argentina en la próspera época de oro de este país y dejaron en la cultura argentina huellas que siguen siendo muy vívidas aún hoy. En lo profundo de su ser, Piazzolla fue siempre en parte un inmigrante desarraigado y nostálgico. En diversos momentos de su vida residió en Mar del Plata, Nueva York, Buenos Aires, Roma, París y Punta del Este; pero si bien se inspiró en muy diversas tradiciones, su música es esencialmente argentina. Como compositor, arreglador, director e instrumentista, su especialidad fue la música de Buenos Aires: el tango.
Aunque era cabalmente un tanguero y estaba imbuido por completo de la cultura del tango, tocó siempre la música de Buenos Aires a su manera. En su obra se produce algo así como una convergencia del tango, la música clásica contemporánea y el jazz. La melodía es pucciniana. Convirtió al tango (que, como el jazz, tuvo orígenes turbios) en una forma de música de cámara contemporánea.
Rompió con el tango tradicional, osificado en la década del cincuenta luego de una hegemonía durante treinta años como música popular de Buenos Aires, y por esta razón los tradicionalistas nunca lo perdonaron. La guerra absurda librada en la Argentina entre los piazzollistas y los anti-piazzollistas duró décadas.
Promotor de una profunda renovación de la música de tango, Piazzolla evolucionó constantemente, y su obra fue un reflejo de Buenos Aires, del tráfago y el estrépito de la sociedad contemporánea, y de toda la gama de las emociones humanas. Adorado y vilipendiado, murió en 1992. Hoy es considerado una de las glorias de la cultura argentina.
Su intención artística fundamental fue combinar su empuje renovador del tango con el placer que le causaba experimentar cruzando fronteras y explorando diversas culturas y géneros musicales. Era una encarnación viviente de la integración y el crossover. No significa que haya negado alguna vez sus raíces argentinas; pero también fue un transgresor en el verdadero sentido del término, siempre abierto a nuevas influencias. Sin dejar nunca de ser tanguero, decidió crear algo más universal. El lema de Tolstoi, “Pinta tu aldea y pintarás el mundo”, era una de sus frases favoritas. Y pintó su gran aldea con un talento tan consumado que los músicos y luego el público afluyeron a él en cuatro continentes. Aunque no vivió para comprobar la magnitud de este fenómeno, ahora el mundo ha descubierto a Astor Piazzolla: argentino, tanguero y, sobre todo, músico.
Se nos ocurrió la idea de este libro a Simon Collier y a mí en el curso de un almuerzo en la Recoleta de Buenos Aires un día de noviembre de 1994 y comenzamos a trabajar en él a mediados de 1995. Esta es una biografía, la vida de un músico cuyas decisiones vitales como ser humano siempre influyeron en su obra. En sentido literal, la gloriosa música de Piazzolla puede hablar por sí misma. María Susana Azzi lo escuchó tocar varias veces, Collier lo trató en una oportunidad. Sin embargo, Piazzolla habló extensamente sobre su propia vida en tres largas series de entrevistas: las que realizó con Alberto Speratti en 1968, con su hija Diana en 1980 y con Natalio Gorin en 1990. Nuestra deuda con estas tres fuentes es obvia. Además, fue entrevistado incontables veces por periodistas; confiamos en haber leído la mayoría de las entrevistas que se publicaron en español, inglés, francés, italiano, portugués, sueco y finlandés.
Una de las fuentes fundamentales de este volumen son las 260 entrevistas realizadas con quienes conocieron directamente a Piazzolla. María Susana Azzi fue responsable del 96 % de las mismas. En los casos en que los entrevistados ya habían hecho declaraciones públicas ya impresas –como las de Diana Piazzolla en su admirable libro Astor (1987) o las incluidas en el número especial que le dedicó a Piazzolla la revista porteña La Maga (1996)–, evitamos en lo posible volver a transitar por el mismo terreno. Complementamos nuestras entrevistas con un análisis exhaustivo del material publicado sobre Piazzolla, en especial el enorme número de reportajes sobre su carrera profesional. Hemos utilizado este material de manera muy selectiva. Si hubiéramos incluido todos los artículos periodísticos, elaborado una crónica detallada de cada uno de sus viajes o mencionado la totalidad de los conciertos que dio con sus diversos conjuntos, el libro habría alcanzado un tamaño desmesurado y ciertamente habría resultado ilegible.
Astor Piazzolla es el producto de una tradición y la ruptura de esa misma tradición. Piazzolla rompió el paradigma del tango y los tradicionalistas nunca se lo perdonaron. Políticamente, Astor Piazzolla no tenía remota idea de sí mismo. Lejos de ser un animal político, ya que nunca lo fue, sí habló a nuevas audiencias en un lenguaje nuevo. Si bien nunca se contextualizó a sí mismo, fue un músico policlasista. En la Argentina, las revoluciones políticas adoptan formas varias y son frecuentes. El memento de Piazzolla era: “¿les gusta mi música? ¿no les gusta mi música?” Nunca comprometió los standards de su música por interés comercial. “Mi sueño es imponer mi música, la música de mi país, en todo el mundo”.
Piazzolla fue un ciudadano del mundo. Cuando falleció en 1992 había vivido en varias ciudades de Europa y en las Américas. En el año 2000, Piazzolla era un músico reconocido. En el 2017, Piazzolla es un músico universal. En la Argentina, gradualmente, su nuevo tango ha ganado aceptación, y su música ha influenciado a una nueva generación de compositores de tango. Durante gran parte de su vida (falleció en 1992), su música no era considerada tango; hoy, el género tango no estaría completo sin Piazzolla. En un viaje que se inició con su nacimiento en Mar del Plata, en 1921, y que últimamente ha atravesado el mundo entero, su visión musical del tango se ha expandido y multiplicado; desde lo local hacia lo global para regresar a ser local…. El fenómeno de la globalización lo ayudó al permitir que su música sea de todos, y no pertenezca a un solo grupo. Como dijo Bygmunt Bauman en su libro Practices of Selfhood: “En la época de Facebook, las naciones se están transformando en unidades extraterritoriales de idioma y cultura.“
Las fronteras culturales en efecto son ahora bastante permeables. “En tiempos de distracción, no de creación”, como expresó el violinista Gidon Kremer en el 2015, Piazzolla se está conviertiendo en un compositor clásico …. (Por “distracción”, Kremer aquí se refiere a “entretenimiento”. También dijo, en un contexto diferente, “Yo no considero que el ejecutar tangos de Astor Piazzolla sea un entretenimiento. Piazzolla es uno de los grandes compositores del siglo XX.”) Un análisis cualitativo nos ayudará a comprender mejor que un análisis cuantitativo cómo se ha modificando la audiencia de Piazzolla. Por ejemplo, es interesante para nosotros, rioplatenses, cuando la música de Piazzolla reinterpretada por músicos de todo el mundo, es la de “uno” y hay que aprender a escucharla de otra manera, desde otras perspectivas y formas diferentes….
¿Cómo ve hoy Daniel H. Piazzolla 2 , músico notable, la música de su padre? “La música de Piazzolla se escucha cada vez más. Yo la escucho cada vez más, la comprendo mejor. Comprendo mejor por qué escribía como escribía, con una mezcla de pasión, locura y melancolía. Solía decir que para escribir música melancólica, el músico debe haber sufrido. Su música refleja sus estados de ánimo, cambiantes si estaba enamorado, o si una mujer lo dejaba. Para él, su guía era su música. Todo lo relacionaba con su música. La música de Piazzolla es como una tortuga, va subiendo de a poquito, no es el fenómeno de la música de los Beatles, o de los Rolling Stones, o de Elvis Presley. Con Piazzolla, todo es muy lento, el proceso es muy lento. Tanta gente se sorprende y dice: “Uy, mirá lo que hay acá”. Jeanne Moreau le contó a Piazzolla que Mick Jagger tocaba su música en el piano. Charlie Watts, el baterista de los Rolling Stones, en una de sus visitas a Buenos Aires, fue a la famosa Confitería Ideal, a ver un show de tango de la Orquesta Color Tango. Mientras esperaba que empezara la música, lo llevaron a ver una exhibición de fotos, donde vio una foto de Piazzolla, y dijo: ‘OHH…Piazzolla’. Se detuvo un momento, para homenajear al gran músico argentino. De a poquito, de a poquito, de a poquito, la música de Astor va creciendo, así”.
Resulta crucial subrayar la importancia de los cambios emocionales de un músico. En efecto, es fundamental. La música es la expresión del estado de ánimo del músico, y como ocurre con cualquier artista, Piazzolla tenía pasiones y amores varios. Frustraciones también. Todo esto está en su música.
La partitura final representa el puente entre el ciclo emocional y el patrón musical. Los cambios emocionales se reflejan en los cambios musicales. Cuando escribíamos este libro, constantemente nos preguntábamos cuáles eran los patrones de la música de Piazzolla que se relacionan con sus emociones y circunstancias vitales. En este caso, nuevamente, el contexto y las circunstancias siempre predeterminaron su música.
Argentina, la ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata, la ciudad donde nació Piazzolla, y sus compatriotas, han homenajeado su legado de diferentes maneras.
En Mar del Plata, por ejemplo, el martes 4 de Julio del 2004, el Auditorio recibió oficialmente el nombre de “Sala Astor Piazzolla”. Su viuda, Laura Escalada Piazzolla, su hijo Daniel, su nieto “Pipi”, miembros de su familia, músicos que integraron sus diferentes conjuntos, amigos, y público en general, asistieron a la ceremonia.
Por decisión del Concejo Deliberante local (2008), el aeropuerto de Mar del Plata se llama Aeropuerto Internacional Astor Piazzolla, como el de Liverpool John Lennon, el de Nueva Orleans Louis Armstrong y el de Salzburgo Wolfgang Amadeus Mozart. Piazzolla fue un gran compositor de música para cine: el premio “Astor” se otorga año a año a la mejor película del Festival de Cine de Mar del Plata. Una escultura de Piazzolla en frente del Casino Central fue realizada por Carlos Benavídez, e inaugurada por la Municipalidad de Mar del Plata en 2011 durante el 4º Congreso de Cultura Ibero Americana. La fuente musical de la Plaza del Milenio tendrá un show de aguas con música del gran bandoneonista. Varias placas han sido colocadas en edificios de Mar del Plata que tienen que ver con su vida; la ciudad ofrece el circuito Astor Piazzolla; la Secretaría de Cultura y la Fundación Astor Piazzolla co-organizan el Festival Marplatense en el mes de marzo. Varias escuelas en la Argentina llevan su nombre. La Legislatura del partido de General Pueyrredon ha solicitado “la expropiación de la casa con sus fachadas originales ubicada en la calle Alberti 1555/61, que fuera residencia familiar y comercial en Mar del Plata del gran músico bonaerense de renombre mundial”. Para conocer más sobre la relación entre Piazzolla y Mar del Plata, recomendamos consultar el excelente libro escrito por Marcelo Gobello, Astor Piazzolla, su ciudad y su mundo.
En el 2007, Piazzolla fue declarado Ciudadano Ilustre (post mortem) de la provincia de Buenos Aires. En la ciudad de Buenos Aires, uno de los principales conservatorios de música se llama hoy Conservatorio Superior de Música de la Ciudad de Buenos Aires “Astor Piazzolla”. Existen hoy programas de radio dedicados a su música: Astormanía es un magnífico ejemplo de eso. En el Centro de Buenos Aires, en la Avenida Presidente Roque Sáenz Peña, entre Libertad y Cerrito, se encuentra el Paseo Astor Piazzolla. La magnífica Galería General Güemes –que data de 1915 –es hoy Piazzolla Tango. A lo largo de sus 8 estaciones, la Línea H – las más nueva – forma un verdadero Paseo Cultural del Tango con obras realizadas por artistas de renombre que dedicaron sus murales a grandes íconos del 2×4. En la estación Caseros – en el cruce de las Avenidas Jujuy y Pueyrredon -, los murales en tímpano y vestíbulo realizadas por el gran ilustrador Hermenegildo Sábat, muestran pasajes de la vida del pianista Julio de Caro junto a verdaderos revolucionarios del género como Astor Piazzolla y Eduardo Arolas. La figura en resina se emplazó en el Paseo del Tango, Pasaje Carlos Gardel, en el Barrio del Abasto (6 de mayo de 2016). El monumento se hará en el Pasaje Astor Piazzolla, Avenida Diagonal Norte.
En la Enciclopedia Británica hoy existe información sobre la vida y la música de Piazzolla.
Quizás el más revelador de todos estos tributos es el que homenajea los vínculos familiares de Piazzolla con Italia, el país donde nacieron los cuatro abuelos de Astor. El 11 de agosto de 2013 se inauguró una pequeña plaza en el centro de Massa Sassorosso. Se le dio el nombre de “Largo Astor Piazzolla”, a corta distancia de la casa donde vivieron los abuelos maternos de Piazzolla, y de la iglesia donde se casaron antes de emigrar a la Argentina.
El legado de Piazzolla se ve honrado también por el creciente interés en manuscritos originales de su música. En Noviembre de 2014, se vendió en subasta en Sotheby’s, Londres, la versión original completa de su famosa “operita” María de Buenos Aires (en la cual se lee “REVISADA POR EL COMPOSITOR”) junto con el libreto original transcripto por Horacio Ferrer, en £55,000.00.
En la década del ochenta, Piazzolla se había dado cuenta de que toda clase de músicos quería encargarle obras o bien tocar las suyas, y esto quedó notablemente confirmado en los años posteriores a su muerte. Sus obras han sido y son ejecutadas y abundantemente grabadas por una cantidad extraordinaria de diferentes artistas y en una amplia variedad de instrumentos. La música de Piazzolla hoy la interpretan músicos clásicos, de jazz, rock y músicos de tango de todo el mundo. Sus canciones han sido adaptadas para coro, y son frecuentes las adaptaciones de su música para diversos instrumentos y ensambles.
La gran bailarina Mora Godoy, luego de su espectacular presentación en la cena ofrecida por el gobierno argentino al Presidente Barack Obama durante su visita de marzo 2016 a la Argentina, lo invitó a bailar un tango. Reconocida por su excelente desempeño como bailarina de tango, Mora Godoy bailó también en forma privada y exclusiva para los Rolling Stones en 2006, cuando se encontraban en Buenos Aires en la gira “A Bigger Bang World Tour 2005-2006”. Describe su experiencia como “espectacular”. “Me senté con mi compañía de baile y me pregunté: ¿qué les llevo? Me decidí por un potpurrí: un poco de Osvaldo Pugliese, de Juan D’Arienzo y bastante de Astor Piazzolla. ¡Se volvieron locos con Piazzolla! Mick Jagger estaba sentado en un sillón mirando el show, aplaudiendo todo como un caballero inglés; bajaba la cabeza, después miraba. Para mí fue único, especial e inolvidable. Una de las experiencias más lindas que he tenido.“
“Astor Piazzolla rockeás mi mundo”. Así Flea, bajista de los Red Hot Chilli Peppers declaraba su admiración por el legendario bandoneonista argentino en su cuenta de Twitter (junio 2016).
En el marco de los festejos por el Bicentenario de la Declaración de la Independencia Nacional, con la presencia del Presidente Mauricio Macri, 17 bandas militares de la Argentina y de once países invitados desfilaron por la Avenida del Libertador hasta el Campo Argentino de Polo de Palermo, en la ciudad de Buenos Aires. La Banda Militar de la República de Chile hizo una genial interpretación de “Adiós Nonino”.
Jean Louis Trintignant / Daniel Mille / Astor Piazzolla (Salle Pleyel, París, 7 de marzo de 2017). Un actor y un músico acordeonista, acompañado por un cuarteto de cuerdas sorprendieron al público con una mezcla de palabras y música de gran envergadura. Jean Louis Trintignant cantó los versos del gran Desnos, Prévert y Vian, mientras que Daniel Mille hizo vibrar al público con su acordeón. La música sensual es la obra majestuosa del compositor argentino.
Desde el año 2000, cuando nuestra biografía sobre Astor Piazzolla fue publicada por Oxford University Press, lamentablemente, algunas personas han fallecido: mi amigo y co-autor Simon Collier (2003); Dedé Wolff (2010), la primera esposa de Piazzolla, Diana Irene Piazzolla (2009), su hija; el poeta y frecuente colaborador Horacio Ferrer (2014). En total, la mitad de las personas que fueron entrevistadas o nos ayudaron con información sobre la vida y la música de Astor Piazzolla han fallecido. Hemos sido privilegiados con el timing de la investigación original y la realización de esta biografía, que fue escrita entre 1995 y 1999. Corregida y aumentada en + 100 páginas en 2016/2017 para la segunda edición que publicó Editorial El Ateneo en marzo de 2018. Sin la generosa colaboración de 260 personas de las cuales la mitad ya no están, si la biografía hubiera sido escrita hoy, sería mucho más pobre.
Las realizaciones y homenajes musicales siguen y siguen; no necesitamos buscar explicaciones al permanente interés por Piazzolla, un interés que manifiestamente crece. Su música habla por sí misma, y continuará haciéndolo, qué duda cabe, en el año 2020, y también quizás en el año 3000 (para mencionar las fechas que él mismo barajó), si la raza humana perdura hasta un punto tan lejano para nosotros.
Referencia: https://aridarevista.iupa.edu.ar/pinta-tu-aldea-y-pintaras-el-mundo/